CONOCIMIENTO Y DESARROLLO PERSONAL-LA CALANDRIA-SIMBOLO DE LIBERTAD

LA CALANDRIA
PAJAROS DEL CAMPO Y LA CIUDAD
La calandria se muere si la encierran. Por eso es símbolo de libertad. Es uno de los pájaros más abundantes en nuestros barrios.
-¿Cuál es su nombre? Los científicos me llaman ''Mimus Saturninus''. Lo de Mimus quiere decir algo así como imitador. -¿Y qué es lo que usted imita? El canto de otros pájaros. Oímos a otros pájaros y cantamos igual que ellos. A veces venimos al fondo de las casas y nos ponemos a imitar el canto de los canarios enjaulados, pobres… -Parece que hablar de jaulas no le gusta… -Sólo sabemos vivir en libertad. Una calandria encerrada se muere. Por eso las calandrias somos símbolo de libertad. Además, ¿para qué nos van a encerrar? Si a usted le gusta como cantamos, nos va a escuchar siempre. -¿Le gusta permanecer en un vecindario o prefiere cambiar? -Nos gusta permanecer en un mismo territorio. La calandria que camina hoy en su fondo suele ser la misma que vino ayer. -¿Caminan mucho? -Nos gusta caminar. Pasos rápidos, colita alzada, picotazos rápidos a la comida que encontramos. -¿Qué comen? -Insectos, sobretodo. Modestia aparte, somos muy importantes para el equilibrio ecológico. -Lo sabemos. ¿Y cómo son ustedes, desde el punto de vista musical? -No cantamos siempre lo mismo. Además de imitar a otros pájaros, tenemos muchas composiciones. Nuestro repertorio tiene una gran variedad de trinos. Eso nos hace especiales, modestia aparte. Sabemos variar de melodía.
LEYENDA DE LA CALANDRIA
Kereminka (la calandria) había sido originalmente una mujer muy hermosa y provocativa. Todos se enamoraban de ella. Pero desdeñaba a todos. Muchos se habían suicidado por su amor. El viento llevaba hasta la mujer las voces de las almas en pena, que reclamaban su presencia. Ella, como respuesta, cantaba burlona con su melodiosa voz. Un hombre muy despechado, lleno de rencor, invocó poderes mágicos contra Kereminka. Entonces ella se transformó en pájaro que conserva la belleza del canto y que nunca se deja apresar por nadie.
EL GAUCHO CALANDRIA
''He sufrido tantas injusticias, me han aporriao tan fieramente, sin razón ninguna; se ha limpiao las manos en mi cuero tanto mandón trompeta, porque yo era un infeliz gaucho que no tenía quien diera la cara por mí; …que al fin, acobardao y dolorido, atropellé campo ajuera y gané los montes a vivir libre. ¡Sin más compañeros que mi caballo y mis penas!... dicen que soy un malevo alzao contra la autoridá; que estoy en guerra abierta con ella porque no quiero ser soldao, y por eso me persiguen con tantas ganas.'' Así habla el Gaucho Calandria, en la obra de teatro que escribiera Martiniano Leguizamón y que se estrenó en Buenos Aires, en 1896, con mucho éxito. Los actores pertenecían a la célebre compañía de los Hermanos Podestá, que cultivaba el teatro popular con obras como ''El Gaucho Calandria'' o ''Juan Moreira''. Es una compañía que nació en pueblos del interior y después de recorrer muchos lugares llegó a la Capital.
LOS MATREROS Y LA LIBERTAD
Nuestros abuelos los gauchos tuvieron dos tipos de guerra: la que ellos hacían por sus propias convicciones y las que hacían otros. Las guerras que hacían los gauchos fueron la Defensa contra el invasor inglés, la Independencia y las montoneras que se juntaban para defender a las provincias de las políticas económicas inspiradas en intereses británicos. Pongamos tres ejemplos. Primero, los gauchos de Artigas y Güemes contra la invasión inglesa. Después, los gauchos que siguieron a Belgrano, San Martín, Güemes, Bolívar y Sucre por la Independencia y Unidad de la Patria Grande. Finalmente, los gauchos del Chacho Peñaloza que defendían su libertad y su trabajo. Estos tres son solamente ejemplo entre muchísimos. Es importante recordar que todas estas guerras fueron movimientos populares, es decir, obra colectiva de muchísima gente unida. Pero hubo otras guerras donde los gauchos fueron obligados a ser soldados de causas ajenas. Por ejemplo, la Guerra de la Triple Alianza, armada por las oligarquías para destruir al Paraguay, el país más adelantado en progreso y justicia de toda América. Ante esas guerras infames, los gauchos preferían desertar. Entonces se los perseguía a muerte, y se veían obligados a vivir escondidos en el monte. No tenían más casa que sus matras, esas mantas de lana gruesa que usaban como montura. La matra era su cama, y por eso se llamaban matreros. Si bien para las autoridades eran delincuentes, los matreros dejaron en el alma popular una marca de libertad, valentía y solidaridad. Por eso se los recuerda en leyendas, cantares e historias. En algunos casos, se los llamó ''calandrias'', porque las calandrias no pueden vivir sin libertad.

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